Después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en tres mundos. Uno capitalista, altamente desarrollado, liderado por las potencias de la postguerra, un segundo mundo socialista y un tercero compuesto por los países de Latinoamérica y África.
En los años 80 el primer mundo se hace más rico de lo que era en los años 70; pero algo contrario ocurrió en el segundo, el socialista que, con una economía centralizada, cooperativa, sin mercado y que se había dedicado a limitar el consumo de sus pobladores, entraba a competir con una economía libre, de mercado, y que se basa en la generación de necesidades de consumo. El sistema económico socialista sufre un colapso en 1989, perdiendo vigencia como propuesta económica.
La caída del socialismo real en Europa central en 1989 y la desintegración de la Unión Soviética dos años más tarde, constituye el acontecimiento más importante del final del siglo XX. Para abordar el tema hacemos nuestra la designación del filósofo y sociólogo francés R. Aron, del siglo XX como la "centuria de la guerra total". Conforme con su interpretación, a partir de 1914 como secuela de la Primera Guerra Mundial se habría instaurado en Europa un proceso de conflagración permanente y global, que luego de la Segunda Guerra alcanzaría escala planetaria. El período de la posguerra, es llamado con razón, de "guerra fría ya que no desembocó en una "guerra caliente" debido al equilibrio del poder nuclear entre las dos superpotencias: los Estados Unidos y la Unión Soviética. Equilibrio denominado también del "terror", ya que por la carrera armamentista y el arsenal atómico acumulado, no sólo por los Estados Unidos y la Unión Soviética, sino también por otros países, el mund hubiera desaparecido en caso de una conflagración mundial abierta.
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