CRITICA DEL DESARROLLO ECONÓMICO
Hoy en día, las visiones más estrictas del desarrollo vinculan el mismo al
aumento del PIB, al incremento de las rentas personales, a la industrialización,
a los avances tecnológicos o a la modernización social. Dejando fuera por
tanto toda referencia al desarrollo de las libertades y de los derechos humanos.
De hecho, encontramos doctrinas que consideran el fomento de las libertades
de los ciudadanos de un país como factor opuesto al desarrollo, como un
objetivo secundario y del todo innecesario e improcedente en el despegue del
país.
El economista Amartya Sen nos ofrece un singular prisma según el cual se
demuestra que la calidad de nuestras vidas debe medirse no por nuestra
riqueza, sino por nuestra libertad. El hecho de que los modelos económicos
aplicados y defendidos durante los últimos 60 años hayan obviado en todo el
desarrollo de las libertades como fin último del mismo ha traído algunas
consecuencias como las siguientes:
- en los últimos 40 años, según informes del Banco Mundial, se han
duplicado las diferencias entre los 20 países más ricos y los 20 países
más pobres.
- El total de personas que viven en extrema pobreza (con menos de un
dólar al dia) ha aumentado de 1200 M a 1500 M, en la actualidad. Y si
seguimos por este camino, se prevé que aumente a 1900 M para 2015.
Casi la mitad de la humanidad no llega a tener 2 dólares al día.
- El 10% más rico tiene el 85% de la riqueza mundial mientras, la mitad de
toda la población mundial cuenta con el 1% de toda la riqueza.
Estos resultados nos deben llevar a replantearnos, con urgencia, el actual
modelo económico. La crítica de Amartya Sen al patrón de desarrollo actual
constituye una perspectiva de mercado mucho más global que la que se invoca
con frecuencia cuando se critica el mecanismo de mercado. Sen avala la
necesidad de que exista libertad de mercado; pues es inherente a la
naturaleza humana la de relacionarse tanto en el ámbito personal como en el
ámbito económico; y la coerción de esta libertad tendría tanto sentido como
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prohibir a alguien hablar con quien quisiera. Pero no por ello debe ser la
riqueza per sé el fin último del desarrollo. Consideremos un sistema
centralizado en el que las decisiones fueran tomadas por un dictador, con muy
buenos resultados económicos ¿sería este resultado tan bueno como el de un
país con el mismo resultado económico pero con mayores libertades? Las
libertades se encuentran interrelacionadas entre sí, la falta de libertad
económica lleva a una falta de libertad social y la falta de libertad social a la
falta de libertad política (quien no tiene qué comer, no será libre para tomar
decisiones críticas y libres, sin poder así decidir políticamente).
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