domingo, 16 de julio de 2017

                                   CRITICA DEL DESARROLLO ECONÓMICO


Hoy en día, las visiones más estrictas del desarrollo vinculan el mismo al aumento del PIB, al incremento de las rentas personales, a la industrialización, a los avances tecnológicos o a la modernización social. Dejando fuera por tanto toda referencia al desarrollo de las libertades y de los derechos humanos. De hecho, encontramos doctrinas que consideran el fomento de las libertades de los ciudadanos de un país como factor opuesto al desarrollo, como un objetivo secundario y del todo innecesario e improcedente en el despegue del país. El economista Amartya Sen nos ofrece un singular prisma según el cual se demuestra que la calidad de nuestras vidas debe medirse no por nuestra riqueza, sino por nuestra libertad. El hecho de que los modelos económicos aplicados y defendidos durante los últimos 60 años hayan obviado en todo el desarrollo de las libertades como fin último del mismo ha traído algunas consecuencias como las siguientes: - en los últimos 40 años, según informes del Banco Mundial, se han duplicado las diferencias entre los 20 países más ricos y los 20 países más pobres. - El total de personas que viven en extrema pobreza (con menos de un dólar al dia) ha aumentado de 1200 M a 1500 M, en la actualidad. Y si seguimos por este camino, se prevé que aumente a 1900 M para 2015. Casi la mitad de la humanidad no llega a tener 2 dólares al día. - El 10% más rico tiene el 85% de la riqueza mundial mientras, la mitad de toda la población mundial cuenta con el 1% de toda la riqueza. Estos resultados nos deben llevar a replantearnos, con urgencia, el actual modelo económico. La crítica de Amartya Sen al patrón de desarrollo actual constituye una perspectiva de mercado mucho más global que la que se invoca con frecuencia cuando se critica el mecanismo de mercado. Sen avala la necesidad de que exista libertad de mercado; pues es inherente a la naturaleza humana la de relacionarse tanto en el ámbito personal como en el ámbito económico; y la coerción de esta libertad tendría tanto sentido como 2 prohibir a alguien hablar con quien quisiera. Pero no por ello debe ser la riqueza per sé el fin último del desarrollo. Consideremos un sistema centralizado en el que las decisiones fueran tomadas por un dictador, con muy buenos resultados económicos ¿sería este resultado tan bueno como el de un país con el mismo resultado económico pero con mayores libertades? Las libertades se encuentran interrelacionadas entre sí, la falta de libertad económica lleva a una falta de libertad social y la falta de libertad social a la falta de libertad política (quien no tiene qué comer, no será libre para tomar decisiones críticas y libres, sin poder así decidir políticamente).

No hay comentarios:

Publicar un comentario